Se acerca la primavera, y lo que es más, se acerca a Sevilla. ¿Podrá existir un lugar donde la primavera llegue con más fuerza que a Sevilla? La primavera trae consigo la pasión, los olores y el recogimiento de la Semana Santa; las flores, el color y la alegría de la feria. Dos sentimientos en teoría opuestos que encuentran su perfecto vínculo de unión en el alma flamenca.
El flamenco en Sevilla es algo que siempre está, que llevan por dentro desde una vecina del barrio de Triana hasta los profesionales de un tablao, y en primavera llega ese sentimiento de alegría que hace que salga hacia fuera en forma de saeta o de sevillana, de bulerías o de tientos. Y si hay algún momento en el que se siente el duende flamenco y el embrujo de Sevilla es cuando llega la noche, donde bares y tabernas se llenan de gente, de cante y de baile, y cualquier tablao flamenco de Sevilla se abarrota de gente en busca de un buen espectáculo.